
Últimamente ando mucho por la estanteria de libros relativamente viejos de mi madre. En concreto me he interesado mucho por un libro de José Luis Martín Vigil llamado: "Un sexo llamado débil". Lo recomiendo, está escrito un poco a la antigua (mi ejemplar fue editado en 1968...), pero te hace tener los pies en la tierra y, depaso, puedes llegar a visualizar como y porqué ha cambiado tanto la sociedad hasta la actualidad... Como me ha ocurrido a mí.
El otro día fui a tomar algo con un amigo. El camarero que nos atendió, con don de gentes pero ido un poco de discreción, supuso que mi amigo iba a sacar la cartera para pagar y comenzó a recordarnos como en su época los hombres siempre invitaban a las mujeres. El discurso se le torció cuando vió que fui yo la que sacó la cartera:
-Vaya, vaya. ¡Como han cambiado las cosas entonces!
-Pues sí... -dije yo.
Parece que el famoso hombre galán de hace unos 10 años (más o menos) se ha extinguido.
Pero tampoco se puede hablar sin documentarse:
-¿Por qué ahora ya no nos invitáis como antes?
- Pues al igual que ahora las mujeres se han abierto camino entre un mundo de hombres y se ha conseguido que haya igualdad entre hombres y mujeres, ¿porqué no hacen ellas lo mismo? Quiero decir, si tanto quieren que se les trate economica y socialmente, pues que ellas también inviten o paguen cuando salgan con alguién.
Lo dejo ahí...
Entonces pensemos. Si se supone que cuando los hombres eran galanes e invitaban a sus citas, la mujer aún estaba en inferioridad... Quiere decir que el gesto de: tanto de invitar o como de ser amable y respetuoso con la mujer, no lo hacían por galantería, sinó porque nos veían como un ser inferior al que hay que respetar. Repito: persona inferior.
Bueno, el mito del típico hombre galán se ha roto. Eso sí, no digo que no los hayan.
Pero que no anden con chiquitas de que ahora, como oí de algún elemento masculino: "No os lo merecéis".
¿Y vosotr@s?, ¿qué pensáis?